Siguiendo el razonamiento del naturalista inglés Charles Darwin, la biología moderna entiende que los procesos que rigen los aspectos internos de un organismo son distintos de aquellos ejercidos por las fuerzas externas, propias del ambiente. Sin embargo, el darwinismo interpreta al ambiente como un elemento natural preexistente formado por fuerzas autónomas, sin considerar a los organismos como seres capaces de modificar su entorno de acuerdo a sus necesidades (Laland et al., 2000).
En la actualidad, la actividad antrópica modifica el medio natural de forma constante, creando entornos y ecosistemas que influyen marcadamente en la evolución de los seres vivos. El hombre, a través de la infraestructura, crea diferentes espacios, los cuales son diseñados con objetivos específicos, principalmente con la intención de que emerjan determinadas conductas.
En el mundo del deporte de alto rendimiento, los campus de entrenamiento son específicamente diseñados con un fin específico, maximizar y optimizar el rendimiento de los atletas. Por un lado, brindan todas las facilidades que requiere un deportista de alto rendimiento para satisfacer sus necesidades básicas (residencia, cocina, lavadero, centro médico, sala de rehabilitación, gimnasio, etc). Por otro lado, es importante que los centros deportivos de alto rendimiento cuenten con áreas recreativas y espacios confortables que permitan crear un entorno social amigable. Se trata de crear un entorno psicológicamente seguro donde los atletas sientan plenitud e integridad ; un entorno que actúe como fuente inagotable de experiencias apasionantes y genere un sentimiento peculiar de pertenencia, de querer ser parte.
En este artículo se introducen una serie de conceptos y técnicas innovadoras potencialmente útiles para la diagramación, construcción y diseño de los espacios en entornos deportivos de alto rendimiento, las cuales tienen una influencia directa en el desarrollo y evolución de atletas de élite.
¿Qué es el concepto 365?
El concepto 365 nace a partir de la visión de crear un espacio que tenga vida propia, un espacio que esté activo las 24 horas del día durante los 365 días del año; un ecosistema donde conviven diferentes individuos. Se trata de un campus que fusiona el espacio inerte (edificio físico) con el capital humano que habita y concurre diariamente allí, el cual lo transforma en un espacio vivo, dinámico y en constante evolución. Esto contrasta con la mayoría de los centros de entrenamiento tradicionales, los cuales funcionan de manera intermitente de acuerdo a las horas de actividad deportiva, quedando completamente apagados y exentos de energía una vez que cesa la actividad en el campo de juego, extinguiéndose hasta el próximo encuentro.
¿Cómo ayuda el entorno a la eficiencia de los deportistas?
La infraestructura de un campus deportivo de alto rendimiento busca brindar al atleta todas las facilidades y comodidades para alcanzar un rendimiento deportivo óptimo. El objetivo es que los atletas vivan a pocos metros del gimnasio y el campo de juego, garantizando un significativo ahorro de tiempo y energía que se contabiliza diariamente en la vida del atleta e impacta directamente en su rendimiento deportivo. Se trata de crear un entorno eficiente que asista al atleta y lo proteja de factores externos que potencialmente puedan afectar su salud física y mental.
El inmensurable ahorro de tiempo que genera vivir en el campus de entrenamiento sumado a la incorporación de hábitos de alto rendimiento saludable (e.g., nutrición, hidratación, respiración, sprints ultradianos, descanso), conlleva a que los atletas alcancen un elevado nivel de productividad, lo cual se traduce en una mayor cantidad de horas/día enfocados en sus objetivos deportivos individuales y colectivos. Los atletas disponen de mayor cantidad de tiempo para trabajar en el perfeccionamiento de su potencial físico y técnico, con facilidades que están a su disposición las 24 hs. Asimismo, los atletas dedican tiempo al estudio del juego, a aprender idiomas e incorporar conocimiento a través de la lectura. Esta eficiencia en el manejo del tiempo permite que los atletas logren potenciar sus fortalezas, mejorar sus debilidades y principalmente crecer como personas.
¿Cómo se conforma el ecosistema de un centro deportivo?
La conjunción entre componentes bióticos y abióticos en un determinado entorno crean un ecosistema. En un centro deportivo, los componentes bióticos están principalmente representados por la comunidad de individuos que coexisten en el entorno. Por lo general, esta comunidad se compone únicamente de individuos que integran un mismo nicho ecológico (atletas del mundo del deporte).
¿Es el atleta de élite un Superhumano?
En el mundo del deporte de alto rendimiento existe cierta tendencia a hacer sentir “diferente” al deportista de élite. Muchos atletas aspiran al profesionalismo en vías de obtener cierto grado de exclusividad con respecto al resto de la sociedad, lo cual crea cierto grado de distorsión en su forma de pensar (“superhumanos”) que se traduce en una mayor susceptibilidad a perder el foco de atención.
Esto se relaciona al simple hecho que desde muy temprana edad los atletas de élite experimentan un uso exclusivo de las facilidades y espacios que ofrecen los centros de entrenamiento de alto rendimiento, viajan en aviones privados/charter, se alojan en hoteles 5 estrellas, y tienen acceso al área V.I.P. de restaurantes y clubes nocturnos. A priori, esta exclusividad es vista como un activo en la vida de los atletas, ya que les garantiza una elevada “calidad de vida”. Sin embargo, al analizar de una manera más racional el efecto social que genera la exclusividad, esa “separación” del resto de los humanos tiende a producir un vacío muy grande que muchas veces es difícil de superar.
Durante gran parte de su carrera profesional, el atleta de élite forma parte de un sistema cerrado compuesto por un número finito de personas; el atleta interactúa siempre los mismos individuos. De esta manera, la exclusividad termina reduciéndose a una gran dificultad para interactuar, socializar y compartir espacios comunes con individuos ajenos al mundo del deporte, representando en verdad un pasivo más que un activo en la carrera del atleta de élite.
Cross-fertilization como solución al aislamiento social de los atletas de élite
Una posible solución al aislamiento social que suelen experimentar los atletas de alto rendimiento es a través de la creación de entornos que promuevan el intercambio constante de ideas (cross-fertilization), ya sea entre diferentes culturas, o bien entre personas que han desarrollado diferentes formas de pensar. La biodiversidad crea entornos multidisciplinarios altamente dinámicos y heterogéneos, los cuales cumplen un rol fundamental dentro de cualquier ecosistema.
Los entornos caracterizados por un intercambio constante y fluido de ideas y conocimiento entre diferentes personas han demostrado ser mutuamente productivos y beneficiosos (Watts et. al., 1994; Hartas, 2004). Nonaka et al. (2000) destacan que el conocimiento tácito sólo puede adquirirse a través de experiencias compartidas (Lakkala et al. 2008). Es por ello que recientemente han comenzado a construirse campus deportivos de alto rendimiento que promueven la coexistencia entre atletas de élite, personal médico, aficionados del deporte, científicos y empresarios. En este contexto, el intercambio permanente de ideas y conocimiento conlleva a que el entorno experimente un crecimiento exponencial, ya que los individuos sociabilizan entre sí, cooperan unos con otros (no existen rivalidades), y asimismo comparten ideas e intercambian habilidades. La interacción y el trabajo en equipo se realizan con un objetivo común, que cada individuo logre alcanzar su mejor versión. De esta manera, las personas desarrollan nuevas habilidades de forma natural, incrementando significativamente su capacidad técnica y cognitiva, lo cual contribuye a mejorar su capacidad para tomar decisiones y resolver problemas.
La optimización de recursos en el entorno de un centro deportivo de élite
Los componentes bióticos de cualquier ecosistema tienden a optimizar el consumo de nutrientes y el uso de los espacios disponibles en la naturaleza. Sin embargo, en la actualidad, los seres humanos a menudo olvidamos esta concepción elemental, creando ecosistemas donde existe un abuso y un consumo irracional de los recursos, y asimismo un uso ineficiente de los espacios. Esto comenzó con la llegada del sedentarismo durante la Revolución Neolítica (800 A.C), la cual provocó que los individuos comiencen a adueñarse de los espacios por cuestiones de supervivencia. Luego, la vida en sociedad fue distorsionando progresivamente la concepción primigenia del hombre acerca del uso de los espacios y la utilización de los recursos, fomentando el consumo sin importar las consecuencias que pueda ocasionar a las generaciones futuras.
En años recientes, la toma de conciencia acerca de este problema trascendental que atraviesa la sociedad ha fomentado la construcción de edificios sostenibles que permitan, mediante el uso apropiado de los espacios y la optimización de recursos, satisfacer las necesidades del entorno, reducir la contaminación y crear conciencia en las personas.
En los centros deportivos de alto rendimiento, el uso eficiente de los recursos y facilidades que ofrece el entorno permite maximizar el rendimiento y productividad de cada uno de los espacios (Fig. 1.6). Es por ello que se busca crear espacios físicos de uso común, los cuales son compartidos entre atletas, guías, staff y profesionales. De esta manera, los espacios son dinámicos y flexibles, ya que cambian su funcionalidad y se adaptan a las necesidades del entorno. Asimismo, la creación de un sistema dinámico compuesto por espacios en constante evolución evita que la cotidianidad afecte a los atletas, manteniendo viva la sorpresa y la fuente de creatividad.
¿Cómo se genera el foco en los atletas de alto rendimiento?
El foco se logra a partir del control del cerebro y las emociones, entrenando la mente para aplacar el stress y desarrollando herramientas para resolver problemas en momentos críticos. Una de las técnicas y estrategias más importantes para alcanzar el foco es el diseño y la caracterización de los espacios. La lógica constructiva de cualquier centro de alto rendimiento debe apuntar a que el atleta de alto rendimiento logre estar 100% enfocado en su objetivo, es decir, que genere foco. El entorno busca estar en armonía con la performance del atleta, evitando cualquier tipo de “ruido” que pueda ocasionar sesgos cognitivos en el entorno, como pueden ser el ego y la rivalidad. Todos los espacios que forman parte del entorno se encuentran orientados en perspectiva respecto al centro de la cancha, lo cual estimula permanentemente la acción.
El foco causa un efecto particular en los individuos que forman parte del entorno, quienes a menudo pierden noción del paso del tiempo. La atención plena en cada actividad y el deseo voluntario de cumplir con determinadas metas y objetivos producen cierta distorsión en la percepción del tiempo, el cual parece transcurrir de forma más rápida en ese entorno. Esto se relaciona a que el foco se estimula desde el goce y el placer, buscando que el atleta disfrute cada instante del camino hacia la elite deportiva. De esta manera, los atletas logran mayor cantidad de iteraciones prácticamente sin percibirlo, dado que trabajan su mente y sus emociones para disfrutar de cada momento del proceso de aprendizaje.
El nicho o ecosistema donde conviven los atletas también es fuente de foco. Particularmente, el crossing (cross-fertilization) tiene un impacto altamente positivo en activar el foco, generando un feedback positivo entre los atletas y el resto de los individuos del entorno. Esta sinergia positiva productiva estimula la acción y crea perspectiva en los atletas, al mismo tiempo que establece un equilibrio general en el entorno (sistema en equilibrio). Es por ello que resulta fundamental expandir las fronteras y trabajar en la creación de campus polideportivos que atraigan a atletas y especialistas de diferentes ramas del deporte. Esto nutre constantemente al foco, el cual crece a través del intercambio social, cultural y de conocimiento entre atletas y profesionales del deporte, quienes logran un enriquecimiento mutuo.De esta manera se construye un polo deportivo donde convergen y se desarrollan los atletas del futuro, una especie de templo del deporte.
¿Qué impacto tiene la transparencia en el entorno para los deportistas de élite?
Entendemos por materia a todo cuerpo que tiene masa y que ocupa un lugar del espacio tiempo. De acuerdo a las propiedades ópticas de la materia, es decir, su capacidad para reflejar, absorber o transmitir la luz, el ojo humano percibe diferentes colores. De esta manera, un material puede ser blanco (cuando refleja todo el espectro), negro (si absorbe toda la luz) o bien puede presentar diferentes colores de acuerdo a las componentes reflejadas del espectro visible. Por otro lado, un material es transparente cuando la luz lo atraviesa fácilmente, es decir, cuando los rayos que inciden sobre la superficie sufren un proceso de doble refracción debido al contraste de densidad existente. Un claro ejemplo de este proceso físico es el vidrio, en donde la luz experimenta una primera refracción al pasar del aire al vidrio, luego atraviesa el vidrio y vuelve a refractarse al pasar nuevamente al aire.
Un campus deportivo de alto rendimiento debe seguir la lógica constructiva de combinar superficies acristaladas transparentes y paredes blancas o color pastel, a modo de lograr establecer una atmósfera pacífica que permita un flujo de energía eficiente en todo el entorno. El ingreso de luz solar natural se produce a partir de la refracción de los rayos incidentes sobre las superficies vidriadas que separan al estadio del medio exterior. Una vez en el interior del campus, la luz natural se fusiona con luz artificial y experimenta sucesivas reflexiones en las paredes blancas que dividen el campo de juego de los espacios circundantes, permaneciendo en el corazón del estadio hasta encontrar un material transparente que pueda atravesar, o bien una superficie que la absorba. En tanto, las salas y espacios vidriados refractan la luz y la transfieren de un lugar a otro, generando un equilibrio en el nivel de luminosidad de todo el entorno. La iluminación cumple un rol fundamental en generar “foco”, y está comprobado que los espacios que combinan luz natural y artificial son altamente favorables para la concentración de las personas. Además, estudios científicos realizados en los últimos años demuestran que los espacios con vidrios transparentes estimulan los escapes psicológicos, es decir, dan lugar a que la mente descanse, permitiendo luego volver a enfocar en el trabajo con el beneficio de una significativa mejora en el rendimiento.
Por otro lado, la transparencia tiene un efecto altamente positivo en establecer los valores del entorno. Es por ello que los campus deportivos innovadores buscan evitar el diseño de espacios oscuros y áreas privadas de acceso restringido, ya que el entorno busca ser transparente. A través de espacios y salas transparentes de uso común se busca crear un entorno de libertad y transparencia; un entorno que permita generar un ambiente psicológicamente seguro regido por la confianza, seguridad, optimismo y la salud mental. En este contexto de transparencia, los individuos que forman parte del entorno logran establecer una comunicación clara, honesta y sincera. A su vez, la transparencia estimula el desarrollo de seres proactivos en cada uno de los espacios, creando un ambiente exponencial donde el foco de atención y productividad se potencian al máximo.
¿Cuál es el corazón del entorno para los deportistas?
De acuerdo a los principios básicos de la termodinámica, la energía no se crea ni se destruye, se transforma. Además, las leyes de la termodinámica establecen que, a los fines de mantener un determinado proceso en actividad de forma sostenida, los sistemas deben ser efectivos en la dispersión de la energía. A modo de ejemplo, cuando un atleta entrena, no hace más que tomar de parte de la energía del ambiente y disponer de ella como fuente de calor.
Los campus deportivos pueden ser considerados como sistemas termodinámicos, ya que allí interactúan constantemente la energía, la temperatura y la entropía. La infraestructura debe buscar que el campo de juego se encuentre ubicado en el centro del edificio, ya que es el protagonista (Fig. 1.9). Allí nace y a su vez converge toda la energía del entorno, la cual se transmite desde cada uno de los espacios que la rodean. Es como una gran célula cuyo núcleo lo constituye el centro de la cancha. Los espacios transparentes permiten que la energía se refracte de un espacio a otro, mientras que las superficies blancas producen una reflexión total de la energía incidente, la cual es almacenada en el corazón del campo de juego y luego consumida por los atletas. Al realizar actividad, los atletas consumen energía en vías de generar movimiento (energía cinética), liberando calor al entorno. Este intercambio constante de energía y calor en el entorno ocurre en respuesta a la búsqueda constante del equilibrio termodinámico en el sistema.
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